RECIBE EL ESPIRITU SANTO

La primera mención del Espíritu Santo en un texto data del año 360, en una carta de un tal Atanasio de Alejandría a Serapión. Esta es la primera mención de la divinidad del Espíritu Santo. Luego, en el año 375, Basilio de Cesarea escribió el Tratado sobre el Espíritu Santo. Habla de igualdad de honor, homotimia; homo para hablar de lo que es similar, y timia de time, honor. En este caso, se trata de la homotimia del Espíritu con el Padre y con el Hijo, desde las Escrituras y desde la tradición. Al convertirse el Espíritu en la Divinidad, el mismo honor, la misma gloria y la misma adoración que se le debe al Padre se le debe también al Espíritu Santo.